Una academia de idiomas ayuda a cubrir la necesidad de aprender idiomas distintos a la lengua materna que ha acompañado al ser humano desde que comenzamos a hablar. El interés por aprender otros idiomas se debió a un mayor contacto entre culturas por una mayor extensión del comercio entre los pueblos.
La creación y posterior expansión de grandes imperios, como el romano o el chino, llevó al uso de una lengua franca, el latín o el mandarín, para comunicar las partes lejanas del estado, lo cual exigía la enseñanza del latín, por ejemplo, desde África hasta Inglaterra. ¡Sería divertido ver como funcionaba una academia de idiomas de entonces!
La enseñanza del latín continuó durante siglos porque después de al caída de Roma, el latín se utilizó como la lengua de la iglesia cristiana, de la filosofía y de la ciencia. Así que la academia de idiomas no desapareció de Europa. Sabemos que en esa época el método empleado en las academias de latín era el de memorizar vocabulario, estudiar gramática y traducir los textos en latín al idioma materno de los alumnos.
El papel de la academia de idiomas en la época moderna
En el siglo XVIII la enseñanza de los idiomas empezó a entrar en las instituciones académicas, especialmente para conseguir un dominio del francés, que en esa época desplazaba al latín como lengua de cultura y comunicación en Europa. Los métodos empleados eran muy parecidos a los que se utilizaban anteriormente en las academias de latín. Ya en el siglo XIX, y con mucho mas fuerza en el XX, surgió un gran interés en encontrar nuevos y más eficaces sistemas de aprendizaje y aunque había mucha polémica entre los defensores de ideas distintas, todos los métodos modernos centraban más en la importancia del aspecto oral y en la conversación.
En 1878 Berlitz fundó la primera academia de idiomas —en realidad, la primera cadena— que llegó a tener cierto renombre en Estados Unidos y Europa. Él empleó el método Berlitz que hoy en día se sigue utilizando y su empresa se encuentra presente en 70 países. Aunque han aparecido más academias de idiomas con métodos propios, la mayoría de las academias emplean lo mejor de los otros sistemas, junto con el uso del método comunicativo que apremia la interacción lingüística entre los alumnos y entre alumnos y profesor para alcanzar los objetivos del grupo. Las clases de idiomas deberían ser interesantes, centrarse en las necesidades del alumno, y dar mucha importancia a la conversación en el idioma estudiado.